Escenas de un matrimonio. Capítulo I: alianzas perdidas

La pesadilla empieza así:
Hello,

One of our employees lost his gold wedding band in the office today.
Please call me if you have any information or have found it.


(mensaje enviado a todos los empleados de Mercedes USA)

Y claro, el employee al que se refieren es Pepe y su alianza. Después de una denodada búsqueda la cosa queda tal que así:
Everyone,

The employee who lost his ring would like to thank everyone for their help
in finding his ring. The response was overwhelming and he feels honored to
work with such a wonderful group of people. It is also with great joy that
I would like to let everyone know that he found his ring. By the way, if
you are wondering where he found it, just look at the picture below.


Thanks again,

(lo mejor es el tonillo irónico del mensaje, sublime...)

Boda. Capítulo II: Agua Amarga

También inolvidable. Qué buen rollo, qué buen ambiente, qué buenos amigos, qué bonito pueblo, qué bonita capilla, qué familias más estupendas, qué bien comimos y bebimos, qué buena música, qué guapos que estábamos todos...
Qué más puedo decir ?

Las fotos se pueden ver aquí y aquí.

Hablando de fotos, me ha dicho un pajarito que una de las fotos de la boda en el city hall de NYC va a ser publicada en la revista GEO versión francesa. Si ejque somos unos pros...

Boda. Capítulo I: Manhattan

Todo ha sido muy repentino y espontáneo. Vic, como siempre tan estupendamente protocolaria, es la responsable del toque "romántico" de las flores. El resto improvisación, pero, eso sí, cargados de cámaras, que parecía que se casaba allí la Lady Di.
El caso es que ha sido toda una aventura. Otra más, lo que nos quedaba por vivir, una boda en el City Hall, y encima de los nuestros. Sólo éramos 7, pero menuda armamos en el consistorio. Esperamos la cola religiosamente después de que la testigo, la Mery, firmara, rodeados de caras algo sumisas y de novias parapetadas en trajes de merengues. Rarísimo, oye. Raquel tiró el ramo y todo, y nos veis a María y a mí huyendo despavoridas. Y la del merengue mirándonos extrañada... ay amiga, que no sabes la que te espera, pensaba yo. Pero claro, no dije nada, que se me casaban los colegas.
Después de las fotos de rigor en los jardines del City Hall, nos dimos un banquete en el Sea Port a base de paella y una botella de tempranillo. Que nos falto sólo el puro, porque nos dieron hasta los cafeses.
Nos ha encantado la experiencia. Ya es un recuerdo para toda la vida...

PS: por cierto, la clerk o funcionaria que los casó tiene su propio artículo en el New York Times... ejque desde luego.

Maria en White Face

Enjoy!

Happy halloween-birthday

Truco o trato...

Dedicado a los ausentes.